Sunday, October 08, 2006

Significado en música???


Qué es significado en música?

La noción de significado en música es compleja y polémica. No es posible definir lo que es significado en música sin entrar en discusiones estético-filosóficas profundas. Para ofrecer una noción sucinta diré que por significado musical es posible entender el universo de opiniones, emociones, imaginaciones, conductas corporales efectivas o virtuales, valoraciones estéticas, comerciales o históricas, sentimientos de identidad y pertenencia, intenciones o efectos de comunicación (incluyendo los malos entendidos), relaciones de una música con otras músicas, obras o géneros, y con diversas partes de sí misma, etc. que construimos con y a partir de la música. Cuando una música detona cualquiera de los elementos señalados funciona como signo siempre y cuando las relaciones no se reduzcan a meras operaciones causa-efecto reflejo.

La semiosis o proceso por medio del cual producimos signos durante la cognición, implica siempre algún mecanismo de inferencia o la aplicación de un conocimiento del mundo ya sea lógico o proposicional, cinético- corpóreo o emotivo, racional o intuitivo, capaz de ser expresado por medio de palabras o simplemente inefable. La semiosis pone en situación de interacción las constricciones biológicas, físiológico- neurológicas, psicológicas, antropológico- culturales y subjetivo-idiosincráticas de los individuos por medio de fenómenos de emergencia en los que las fronteras de cada ámbito son tan tenues que se confunden.

Hoy


Para mi no existe más que el presente (no el hoy, porque "hoy" es un concepto demasiado ancho para la idea que tengo del presente): La mano que levanto en el aire, ahora, que se detiene a la altura de la pantalla (detención, pantalla y altura son tres presentes separados, absolutos, que únicamente la pereza me hace reunir en una sola frase).

ECO


Estuve primero en el primer escalón, después estuve en el segundo escalón, después estuve en el tercer escalón, después estuve en el antepenúltimo escalón, después estuve en el penúltimo y ahora estoy estando en el último escalón. Estuve en el último escalón y estoy estando en la terraza ahora. No. Estuve y estoy estando. Estuve, estuve estando estando, estoy estando estando, y estoy ahora estuve, estando, estando ahora en la terraza vacía.

Sunday, August 27, 2006

Una frase útil


Nos sumergimos en la música como en el mar y allí podemos perder nuestra identidad en un acto continuado de identificación con lo otro, la experiencia musical nos sitúa en esa posibilidad de plenitud de sentimiento donde el yo se desvanece en sonido.

Wednesday, August 16, 2006

Ciencia, mensaje y tiempo

Ciencia, mensaje y tiempo, la música es todo eso a la vez; pues ella, por su presencia, es modo de comunicación entre el hombre y su medio ambiente, modo de expresión social y duración. Puede incluso llevar a la conciencia previa a la liberación revolucionaria... como pretendía Brecht en su teatro. Está arraigada en una idea global del saber sobre el cuerpo. Es también pasado, fue escuchada e intercambiada.
La música remite a toda triplicidad de la obra humana, a la vez disfrute del creador, valor de uso para el oyente y valor de cambio para el vendedor. En ese juego de equilibrio entre las diversas formas posibles de la actividad del hombre en este sistema (de mierda), la música ha sido, y es todavía, omnipresente: "el Arte está en todas partes porque el artificio se halla en el corazón de la realidad" (Baudrillard)

Saturday, August 12, 2006

¿Puede hablar el subalterno?

Spivak, Gayatri. "Can the Subaltern Speak?", en: Williams, Patrick / Chrisman Laura. (eds.) Colonial Discourse and Postcolonial Theory. New York: Columbia University Press 1994, 66-111.

El artículo "¿Puede hablar el sujeto subalterno?" analiza los comentarios realizados en Europa y Estados Unidos respecto al “suicidio” de una joven viuda que se arrojó a la pira funeraria donde ardía el marido muerto, siguiendo un antiguo rito funerario hindú, demostrando con este análisis el imperialismo disfrazado de radicalidad persistente aún en los discursos filosóficos occidentales. La crítica alcanza incluso a autores como Gilles Deleuze y Michel Foucault, y los acusa claramente de ser representativos de las tendencias postestructuralistas de la izquierda intelectual europea, al instalarse como observadores occidentales y servir como punto de referencia “transparente” frente al sujeto colonial, ahora por ende, objeto.
La pregunta de Spivak “¿puede hablar el sujeto subalterno?” se funda en una oposición “binaria” que establece una distancia absoluta e infranqueable entre Europa y sus Otros. La pregunta, y luego su respuesta negativa, reproducen términos de este binario absoluto en un argumento circular: los discursos dominantes definen al colonizado o al subalterno como incapaz de razonar, y como tal, requiere de la mediación y la representación de lo que Spivak llama “el intelectual del primer mundo”.
Se descarta toda posiblidad que el subalterno pueda aprender a usar los lenguajes de occidente, y pueda al mismo tiempo seguir habitando su espacio nativo: o se es un intelectual del primer mundo con plena capacidad de hablar, o se es un subalterno silenciado. La noción de un subalterno que no puede hablar nos lleva a la ironía de que si un subalterno deja de estar silenciado, dejaría automáticamente de ser subalterno; el espacio del subalterno en representaciones ficcionadas es tan remoto que hacerlo hablar sería inconcebible, pues pasaría a ser un intelectual orgánico que se debate entre el deseo de representar (darstellen y vertreten) su ser anterior, y el interés aparejado a la nueva perspectiva.
Bajo esta formulación, los estudios subalternos devendrían en un proposición absurda, en una fetichización, ya que el proyecto emancipador de recuperar las historias subalternas se habría transformado en una metafísica de la denegación y el privilegio. Ranajit Guha devela claras motivaciones políticas en los levantamientos subalternos descalificados como “brotes de violencia irracional”.
Sin embargo si aceptamos que el binarismo entre intelectuales y subalternos es un reflejo de los binarios impuestos por las potencias imperiales de los siglos XVIII y XIX, no sería justo generalizar estos binarios en otras regiones con historias coloniales distintas.
Decir que sólo el subalterno puede conocer la subalternidad y expresarla contradice las bases de la deconstrucción, pues es necesaria la existenca de un sujeto idéntico a su propia narrativa: la posibilidad del conocimiento igual a su propio objeto, o de una identidad que abarque en su totalidad al sujeto, y eso es imposible.


El texto de Gayatri Chakravorti Spivak nos entrega una manera de comprender la sociedad y de repensar el mundo de la explotación desde un particular contexto que, debido a su autoconciencia y asumiendo su condición de mujer “colonizada”, nos entrega limpiamente, sin rodeos y con un dominio de lenguaje sociológico, filosófico, psicoanalítico desbordante; una completa reflexión transdiciplinaria.

En la actualidad la heterogeneidad que reviste el mundo de la explotación, producto de la enorme expansión del imperialismo nos lleva a cuestionar seriamente la urgente necesidad de revisar las formas en que las capas más desplazadas de la sociedad deben ser estudiadas. Lo más valioso, a mi juicio, es el aporte que hace en lo referido a la diferenciación entre explotación y subalternidad, si bien su acercamiento es desde un feminismo a ultranza, podemos develar su intención de generar un plan de investigación y análisis activo, en el cual la relación directa con las fuentes del problema es escencial, un principio claramente marxista de construcción teórica.
Me parece de suma importancia el nivel de análisis que propone Spivak para estudiar mediante qué procesos los discursos post coloniales pueden devenir peligrosamente en neocolonialismo, es decir, el peligro que implica que el post colonialismo mediante un discurso académico e institucionalizado del primer mundo indague con medios coloniales el sistema que pretende atacar.

Me llama la atención la categorización que Spivak hace al momento de diferenciar al subalterno del intelectual orgánico por el hecho de ser capaz de “hablar”, pues ella misma cae irremediablemente en esa capa de intelectuales, a pesar de sus antepasados coloniales, y opera activamente dentro de los círculos metropolitanos; sobrepasa las barreras nacionales desplazándose por el mundo y se proyecta sobre otras culturas, un rasgo claramente posmoderno.

El tema de fondo es de un valor incalculable al ampliar la discusión respecto a la injerencia o quizás intromisión de Occidente en un intento fallido por representar al subalterno históricamente silenciado frente a un sistema que analiza las situaciones culturales subalternas con parámetros de un primer mundo neocolonizador. Cuando se construye un discurso desde el sujeto subalterno se debe estar conciente de estar realizando una “práctica” y de que ese discurso, si espera “hablar por” el subalterno, es más bien un remplazo. Incluso la voz de las elites colonizadas no son más que informantes para los estudiosos del primer mundo interesados en recolectar la voz de los Otros. El hombre civilizado así habla por el Otro para finalmente afirmar su superioridad, y mientras se muestra al subalterno, como identidad representada se los niega en tanto conciencia representativa.
Estos estudios aportan enormemente a la renovación teórica y metodológica de la investigación histórica, y al conocimiento de las formas presentes y pasadas de hegemonía, dominación y resistencia.

DECLARACION PÚBLICA


Como músicos chilenos de las diferentes expresiones del arte musical, deseamos expresar nuestro público rechazo a la contratación de una orquesta de intérpretes extranjeros, para reemplazar durante 3 meses a la Orquesta Filarmónica de Chile, en sus funciones en la Temporada Oficial del Teatro Municipal de Santiago.


No existe un precedente en Chile de una organización que haya relevado de sus funciones a sus trabajadores, reemplazándolos por un contingente de personas extranjeras, en la forma como ha ocurrido en el Teatro Municipal


Nos parece lamentable que por primera vez en la historia de nuestro país, sea una orquesta de músicos extranjeros la que se presentará ante la Presidenta de la República, las autoridades nacionales, y el Cuerpo Diplomático, en la gala de celebración de nuestro aniversario como país, hecho inédito y que constituye un acontecimiento que quedará plasmado como una prueba de la incapacidad de encontrar solución a los conflictos internos del Teatro Municipal.



Lo anterior, constituye una afrenta para los músicos chilenos y para el sector cultural, generando un precedente nefasto para el futuro de los jóvenes músicos nacionales. Hacemos llegar nuestra protesta a la opinión pública, pidiendo la intervención de la autoridad que corresponda en esta triste situación.


Los desacuerdos existentes entre el Teatro Municipal y la Orquesta no deben conducir a estos extremos. Llamamos a las partes, y en especial a los responsables del Teatro Municipal, a una inmediata reanudación de las conversaciones a fin de poner término a este conflicto que daña a la cultura y la dignidad de los chilenos.

Wednesday, August 09, 2006

Orquestas y directores


La representación de la música es un espectáculo total. Ella también permite ver; nada en ella es inocente. Cada elemento cumple incluso una función social y simbólica precisa: convencer de la racionalidad del mundo y de la necesidad de su organización. Siguiendo los principios del cambio, la orquesta en particular ha sido siempre figura esencial del poder. Asentada en el teatro griego, es por todas partes un atributo fundamental del control de la música por los dueños del orden social. En China, el emperador era el único en tener derecho a alinear a sus músicos en cuatro filas en cuadro, los señores importantes en tres lados, los ministros en dos y los nobles ordinarios en una sola fila.
La constitución de la orquesta y su organización son también figuras del poder en la economía industrial. Los músicos, anónimos y jerarquizados, en general asalariados, trabajadores productivos, ejecutan un algoritmo exterior, una "partitura", cuyo nombre es explícito: ella los reparte. Algunos de ellos, los escapados del anonimato, tienen ciertos grados de libertad. Son la imagen del trabajo programado en nuestra sociedad. Cada uno de ellos no produce más que un elemento del todo, sin valor en sí mismo.
El director no se vuelve necesario y explícito sino cuando se legitmiza por el crecimiento de las orquestas; él es primero ruido. Después, al cabo de un muy largo proceso de abstracción del poder de regulación, es simbolizado en signos abstractos. Hasta Beethoven incluso, las sinfonías eran ejecutadas por unos pocos músicos (23 ejecutantes para la novena!), y sin director. Pero la combinatoria implica crecimiento, y el crecimiento implica al director. El director aparece como un organizador legítimo y racional de una producción, cuya amplitud exige un coordinador, preo prohibe que haga ningún ruido. Es así representación del poder económico supuestamente capaz de poner en práctica sin conflicto, en armonía, el programa de la historia trazado por el autor.

Sunday, August 06, 2006







Las cosas van mejor con Coca Cola.... si.

Ajeno a los ojos?
No estamos tan lejos como parece,
basta darse una vuelta por las periferias capitalinas.

Esto es Calcuta...
Escuchan reir al capital?