A diferencia del tiempo lineal, ubicado en el eje sintagmático, la acción del drama acontece obviamente en el presente, pero existe un tiempo implícito que es futuro, donde la acción mayor cobra sentido. Es en este punto, en el silencio del drama, cono en el silencio de la música, que la mirada retrospectivamente comprende el sentido de lo articulado y reconstruye el sentido final del mensaje. Es en el eje paradigmático, en la contemplación del tiempo como una totalidad sin tiempo, organizado según jerarquías de relevancia donde surge lo que Bajtin llamaría cronotopo: una fusión de los indicios espacio temporales en un todo intangible y concreto. El tiempo se condensa, se vuelve compacto y visible para el arte, mientras que el espacio se intensifica, se precipita en el movimiento del tiempo, del sujeto y de la historia.
"Un acercamiento al problema de la temporalidad en la escena", Miranda 2006